Llegar donde nadie más ha llegado. Acercarse a la gente por primera vez para tenderle la mano. Cristalizar los sueños de otros y verlos crecer con tanta emoción como si fueran propios. Estos son los grandes propósitos que mueven a CACPECO desde su creación, la única cooperativa de ahorro y crédito ecuatoriana con calificación AAA, la más sólida y confiable del sistema de economía popular y solidario.
Cuando CACPECO nace, el 14 de marzo de 1988, Luigi Ripalda Bonilla creyó en los sueños del artesano, el pequeño comerciante, el agricultor… ese ser humano que nunca abrió una cuenta de ahorros, ni accedió a un préstamo, ni tuvo la posibilidad de pensar en prosperar, porque la supervivencia del día a día era su prioridad. Don Luigi pensó en las personas que viven a las faldas de la montaña, en los paisajes inhóspitos rurales, a donde ninguna entidad financiera se atrevió a llegar. Donde otros vieron pobreza, él vio oportunidad, trabajo, compromiso, propósito, espíritu de comunidad, entrega. Visualizó el enorme capital humano que necesitaba ser abonado y respaldado para crecer.
Hace 35 años, en un limitado ambiente, con 2 personas, una caja registradora en una ventanilla muy pequeña, mantenía en sus arcas 8 millones de sucres, un capital constituido por el compromiso de sus 38 miembros fundadores. No obstante, al año y pese a los esfuerzos, ya había una pérdida de un millón.
En agosto de 1989, su actual CEO, la licenciada Virginia Escobar Jácome, emprendió cruzada tras cruzada para contarle a la gente que la Cooperativa existía y se apasiona con el propósito de la Entidad. Caminaba al campo, a las ferias rurales, a los centros agrícolas, visitaba los gremios… Ahí comprendió y gestó uno de los pilares estratégicos de la Institución, que perdura hasta hoy: cada producto, cada ajuste, es creado con base en la necesidad de las personas y en el impacto real en sus vidas.
Como muestra, esta anécdota: en ese tiempo, las personas de las zonas olvidadas tenían miedo al sistema financiero y muchos optaban por endeudarse con métodos ilegales, por lo que, en un inicio, CACPECO crea líneas de crédito con montos pequeños y a corto plazo. Ofrece 200 mil sucres, a 15 días, porque doña Virginia detectó que la necesidad de la gente era tener flujo de dinero. Así, poco a poco, la Cooperativa se hizo visible y fue convirtiéndose en lo que su CEO describe siempre:
“Somos una institución fuerte y sólida, generamos confianza, para que más ciudadanos sientan el respaldo de una entidad financiera”. Virginia Escobar – Gerente General CACPECO
Hoy, en su aniversario número 35, CACPECO tiene 22 oficinas, en 5 provincias. Cuenta con 210 mil socios y 274 colaboradores (el 67% mujeres). Y su calificación AAA fue otorgada por la calificadora Class International Rating, que reconoce solvencia (una situación financiera muy fuerte), trayectoria (sobresaliente y rentable) y transparencia (CACPECO es la cooperativa más confiable en el país).
Asimismo, ubica, visita y abre sus puertas en lugares olvidados como los cantones: Pangua y Sigchos, en Cotopaxi; y Chambo, en Chimborazo.
Para la CEO Virginia Escobar, este crecimiento sostenible ha sido posible gracias a la ardua labor sin perder de vista el verdadero concepto de cooperativa: una institución de personas que une esfuerzos económicos para crear un capital que beneficie a todos.
En CACPECO se trabaja bajo los valores cooperativos: ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad, y solidaridad. Esto permite definir un claro espíritu de servicio, donde el ser humano no es un número, por tanto, recibe la misma atención y preocupación que todos los miembros de la Entidad, sin importar sus recursos o condición.
Cada servicio y sus costos son pensados por las cabezas gerenciales y sus colaboradores, con el ejercicio consciente de ponerse en los zapatos de cada socio. Las preguntas de cajón son: ¿qué necesita el socio? ¿cómo puede impactar esta decisión en su vida? La Institución procura individualizar los casos, a través de la conversación, la escucha activa y conservando las políticas institucionales.
Otros pilares fundamentales en la relación Cooperativa-Socio son:
A través de la Fundación Apoyo Solidario a la Familia (ASOF), CACPECO brinda desde hace 15 años soporte al emprendimiento, a través de capacitación en educación financiera, mejora en su auto-estima, planificación familiar e inclusive en el último periodo, con entrega de capital semilla.
Doña Virginia recuerda que la Fundación se creó pensando en las mujeres: madres solteras, jefas de hogar sin ingresos propios y mujeres provenientes de entornos de maltrato y abuso. “Cuando nadie hablaba de la mujer, nosotros estábamos trabajando con ellas”, dice.
Hoy, la Institución tiene la satisfacción de contar con grupos de mujeres unidas por más de 15 años, que continúan juntas y gozan de una economía equilibrada. “Recuerdo una ocasión en la que el esposo de una de ellas, llegó a la sede para persuadirla que no firmara el crédito, porque según él, “va a ser lo que le da la gana”, con un claro mensaje de machismo.” Finalmente, con ese capital, ella emprendió.
Con la fortaleza de ser la Cooperativa más sólida de Ecuador, hoy CACPECO impulsa sobre todo la digitalización de sus servicios, para que los usuarios accedan a sus productos desde la comodidad de sus dispositivos.
Se optimizan los servicios virtuales para apoyar a la población joven que se encuentra en el rango de 30 a 45 años con la aplicación móvil, tarjeta de débito, apertura de cuenta en línea, solicitud de crédito digital y más. Sin descuidar los procesos de un cálido servicio en beneficio de nuestros adultos mayores.
Hoy más que nunca la Cooperativa trabaja para comprender las necesidades de los socios, que cambian y evolucionan a un ritmo vertiginoso. Con mayor análisis y herramientas, CACPECO quiere estar mucho más cerca de sus asociados para desarrollar productos efectivos y de calidad.
En los años venideros, se seguirá honrando la premisa de que primero es el ser humano y trabajar de acuerdo con los grandes desafíos mundiales que buscan un mundo más justo: fin de la pobreza, hambre cero, igualdad de género, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades y acción por el planeta.
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